25 de noviembre de 2011

Y de pronto me encuentro...;

Aquí, tirada en la cama. De noche. Sola. Sola. Me sumo en mis propios pensamientos, y lo único que encuentro es mierda. ¿Que por qué, preguntáis? Muy sencillo. Me he rodeado de falsos durante toda mi puta vida, he hecho lo que querían, he sido lo que querían, he incluso he llegado a pensar lo que me decían. ¿Qué he ganado con eso? Nada, absolutamente nada, quebraderos de cabeza y muchas broncas. Broncas que no debería haber tenido, líos en los que no me tenía que haber metido. Moratones y malos fines de semana que no debería haber tenido nunca. Una pérdida absoluta de mi personalidad. Y de pronto lloro. ¿De pena? ¿De impotencia? De asco. Pero no de asco por ellos, ni si quiera merecen que les guarde ese sentimiento. Asco de mi misma, de haberme dejado llevar por el simple hecho de sentirme integrada. Y de pronto, sonrío. Sí, sonrío entre las lágrimas que aún caen por mi cara. ¿La razón? Felicidad, pura y dura. Soy yo misma, y me consuela pensar que habrá más gente en el mundo en mi misma situación. Quizá sea un consuelo un poco egocéntrico por mi parte, pero en este momento no pienso en eso. Pienso en la vida que se abre ante mi, mi verdadera vida, la que tenía que haber vivido desde que nací, pero que de un tiempo a aquí he dejado completamente abandonada. La retomaré, y viviré como nunca nadie ha vivido. Os lo aseguro.


Fdo: #Abla Durías

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